domingo, 6 de febrero de 2011

Drogas Ancestrales




Se las conoce como "Plantas sagradas" e incluso se las llamó "Plantas que enseñan". Hoy, en las sociedades occidentales, esas drogas rituales parecen haber desaparecido. Sin embargo, en el corazón mismo de las grandes ciudades, hay quienes buscan, a la manera de los antiguos brujos o chamanes, conectarse con lo sagrado.
En Buenos Aires, Argentina, Gerónimo Tejedor es un psicólogo clínico que se ha interesado por el aprendizaje de las plantas sagradas en la selva del Perú. Si bien algunos lo verían como un Chaman o brujo moderno, él prefiere definirse como un "ayahuasquero". En la actualidad, dedica su vida a los tratamientos del espíritu por medio de la ayahuasca.
En México, un antropólogo realiza una búsqueda sin descanso por las sierras mazatecas en busca de "hongos prohibidos". Cuando Julio llega a la ciudad de Huautla, está ansioso por conversar con Filomeno, nieto de María Sabina, quién le mostrará los rituales más arriesgados que envuelven a los hongos sagrados.
En un barrio residencial de la ciudad de Buenos Aires, pocas personas imaginarían encontrar una florida plantación de marihuana en la terraza de una casa familiar. Allí, un joven logra sobrellevar terribles dolores físicos gracias al consumo de marihuana. Luego de una búsqueda desesperada para apaciguarlos, German descubre en la marihuana la medicina que más lo calma. ¿Qué haría usted si la solución a su sufrimiento es una sustancia prohibida?
En la Sierra Madre Occidental de México, existe un pueblo. un universo mágico gobernado por la casta de los chamanes: la ancestral cultura Huichol.
Un hombre decide trasladarse al desierto de San Luis de Potosí para revivir el ritual más sagrado de los huicholes: la ceremonia colectiva de peyote. A pesar de su descendencia europea, Abenamar luce como un aborigen. Usa aros y lleva el pelo largo, en concordancia con la identidad a la que ha elegido pertenecer: el universo huichol. Tuvo su primer contacto con la planta de peyote al ser invitado a una ceremonia por un Maestro Chamán que le confesó que el Peyote tenía un mensaje revelador para darle.
El principal cactus con propiedades alucinógenas es el peyote. Algunos viejos chamanes lo conocen como "el mensajero divino" y otros lo describen como "la planta que hace que los ojos se maravillen". En el corazón del DF, Tulio se animará a transgredir los ritos ancestrales más sagrados y desafiar sus propios límites al ingerir altísimas dosis de peyote en sus más diversas variantes.
Las plantas mágicas fueron la llave que usaban los chamanes para expandir la conciencia y experimentar lo divino. Usted emprenderá un viaje que lo llevará a lo más profundo de la tradición. un viaje Tabú al centro mismo del Tabú


















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